domingo, 27 de mayo de 2012

Matan a dos mujeres y hacen empanadas con su carne


Tres personas, miembros de una secta caníbal en Brasil, fueron detenidos acusados de matar y comer los restos de varias mujeres a las que consideraban impuras. Los detenidos, un hombre, su mujer y su amante, se comieron partes del cuerpo de sus víctimas y con otras hicieron empanadas que vendieron a sus vecinos.

La policía descubrió los restos de dos mujeres, después de abrir una investigación hace varios meses cuando Jorge Beltrao Negromonte, uno de los detenidos, registrara un libro de su autoría titulado "Revelaciones de un esquizofrénico", en el que revelaba detalles de las actividades de la supuesta secta.

El hombre de 51 años contaba con pelos y señales cómo sacrificaban a las víctimas. "Al mirar el cuerpo ya sin vida de la adolescente mala, siento un alivio. Agarro una lámina y comienzo a retirar toda su piel y después la divido. Nos alimentamos de la carne del mal como si fuese un ritual de purificación. El resto lo enterramos en el patio".

Los detenidos, Isabel Pires de 51 años, Bruna Cristina Da Silva, de 25, y Jorge Beltrao Negromonte, enfrentarán cargos por el secuestro y homicidio de dos mujeres jóvenes a las que les prometían trabajos de niñera para después asesinarlas, según UOL Noticias.

El trío, agrupado en una secta llamada Cartel, se otorgaba el derecho de practicar el canibalismo purificar a las mujeres de útero impuro.

La esposa de Jorge Beltrao confesó a la policía que vendía empanadas de carne humana en la ciudad de Garanhuns y era proveedora de bares y restaurantes.

Los restos de dos mujeres fueron encontrados en el fondo de la casa de los arrestados en la ciudad de Garanhuns, interior del estado de Pernambuco.

Los detenidos enfrentarán cargos por homicidio, secuestro, ocultación de cadáver, falsificación y estafa, así como de crímenes contra la salud pública.

martes, 1 de mayo de 2012

LLega el condón con Viagra



El nuevo profiláctico se denomina "Condón Azul" cuenta con un gel que cumple la función de agrandar el miembro masculino. 

Investigadores de la empresa de biotecnología Futura Medical desarrollaron un preservativo que contiene un gel vasodilatador que no perjudica el látex y permite que el tamaño del pene aumente al colocárselo.

“Al utilizar el condón, el pene entra en contacto con la dosis farmacológica depositada en el extremo del producto. De esta forma, se pretende incrementar el flujo sanguíneo del pene, lo que en principio provoca una mayor firmeza del miembro y una mayor duración de dicha erección”, afirmó un vocero del laboratorio al diario The Wall Street Journal.

Dona un riñon a su jefa y la despide


La jefa le reprochó su ausencia en el trabajo tras la operación y la destinó a otro centro de trabajo como castigo por supuestos errores.

Eso le pasó a Debbie Stevens, una trabajadora de Long Island, según publica el New York Post. La mujer supo que su jefa padecía una grave enfermedad que requería un trasplante de riñón. Aunque la jefa, Jackie Brucia, ya tenía previsto el trasplante, Debbie le aseguró que si lo necesitaba, ella le donaría ese riñón. Meses después, según publica el diario, la trabajadora recibió una llamada de su jefa diciéndole que su donante se había echado atrás y que si la oferta seguía en pie. Seguía, por lo que jefa y empleada pasaron por el quirófano. Sin embargo, el riñón de Debbie no era válido para su jefa, por lo que fue intercambiado por un órgano de otro donante. Jackie había salvado la vida gracias a su empleada.

Sin embargo, tras recibir el alta médica la empleada comenzó a sentir molestias postoperatorias, por lo que tuvo que quedarse unos días en casa, faltando al trabajo. Fue en esos días cuando recibió otra llamada de su jefa, preguntando por qué no estaba en el trabajo. "¿Qué estás haciendo? ¿Por qué no estás en el trabajo? No se puede entrar y salir cuando plazca. La gente va a pensar que tienes un tratamiento especial", le dijo la jefa. Tras eso, la jefa comenzó, según la versión de la empleada, madre de dos hijos y divorciada, a reprocharle supuestos errores en el trabajo, en el concesionario donde ambas trabajaban. La cosa se resolvió con el traslado de Debbie a otro concesionario, a 50 kilómetros de su casa y en un barrio conflictivo. Al parecer, ese lugar es considerado un destino de castigo por los empleados de la compañía. Ante tales presiones, la empleada acudió a un psicólogo, que remitió una carta a la empresa. La respuesta fue el despido. . Sin embargo, no se arrepiente de su acto: "salvó la vida de un hombre en Missouri", donde fue a parar su riñón.