miércoles, 14 de julio de 2010

Le rechazan denuncia de infidelidad y lo califican de "cornudo solemne"

Un juez brasileño desestimó una demanda por daños morales y ofensa al honor de un policía que denunció al amante de su mujer, en una sentencia en la que el magistrado calificó al marido traicionado como un "solemne cornudo".

La sentencia fue dictada por el juez en lo civil de Rio de Janeiro, Paulo Mello Feijó, quien pidió al policía federal denunciante perdonar al amante de su mujer, dado que ella también había sido perdonada.

El caso comenzó cuando el policía federal descubrió que su esposa lo traicionaba y decidió conocer a su amante, a quien habría amenazado. Entonces, el amante acudió a la División Asuntos Internos de la Policía Federal para denunciar al marido, pero el caso rápidamente fue conocido en el ambiente policial, lo que le trajo problemas "de honor" al traicionado.

El juez se explayó sobre las necesidades sexuales del hombre y de la mujer en la mediana edad, en un fallo que la prensa brasileña publicó con pompa y que fue difundido por la agencia de noticias Ansa.

Dice el fallo: "Algunos hombres en la mediana edad, ya no muy viriles, con el cuerpo sin responder al comando cerebral y hormonal, frente a una mujer encendida las 24 horas, descargan sobre ella sus frustraciones, hablándole de su celulitis, llamándolas de gordas -pecado mortal- y echándoles la culpa por su pobre desempeño sexual".

El juez Feijó en su fallo para archivar el caso apuntó que "las mujeres, en la época de la pre menopausia, desean sexo con mayor frecuencia y calidad y más cariño, que no dure apenas algunos minutos". "Ante esto tienen dos caminos: o se deprimen o buscan placer en otros brazos y otros besos y traicionan por motivos del corazón", agrega el fallo.

La sentencia del juez carioca indica que la mujer considera que el marido ya no la desea. "Entonces la mujer piensa: 'el amante me mira con deseo y yo que soy un buen instrumento tengo un músico que me hará mostrar toda la música que tengo para ofrecer'".

Con citas de Madame Bovary de Gustave Flaubert y de Don Casmurro de Machado de Assis, el juez resolvió: "Un día el marido descubre que otro tuvo a su mujer y quiere matarlo...¡por haberle sacado la dignidad y haberlo transformado en un solemne cornudo."

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