lunes, 29 de septiembre de 2008

Despertar intraoperatorio: pesadilla en el quirofano


“Recuerdo un tubo de plástico avanzando por el interior de mi garganta, después intenté toser, abrir los ojos, dar alguna señal de que estaba despierto. En aquel punto el pánico se apoderó de mí y sentí cómo mi corazón se aceleraba. En mi interior estaba llorando pero nadie lo notaba. La misma sensación que debe sentir esa gente a la que entierran viva”.

Se calcula que una de cada 1.000 personas que son intervenidas quirúrgicamente en el mundo se despierta durante la operación. En EEUU por ejemplo, entre 20.000 y 40.000 pacientes experimentan algún nivel de conciencia mientras son operados cada año, y en algunos casos quedan traumatizados de por vida.

Aunque en la mayoría de los casos los pacientes apenas recuerdan una conversación o un breve malestar, muchos recuperan totalmente la conciencia y perciben perfectamente las maniobras que los médicos desarrollan sobre su cuerpo, e incluso sienten dolor.

“Noté las tijeras sobre mi pecho” - recuerdan algunos - “Era como si estuvieran rajando un ciervo”. “Estaba completamente despierto” - explica otro - “Escuché cómo el cirujano le decía a su ayudante que rajara más profundo".

Los anestesistas han mejorado notablemente los equipos que les permiten medir el nivel de consciencia (mediante dispositivos que controlan aspectos de la actividad cerebral) pero, aún así, no niegan que un determinado número de casos escapan a su control.




"Desperté mientras me operaban el ojo"


El 24 de enero de 1998, la estadounidense Carol Weihrer se sometía a una intervención rutinaria en su ojo derecho cuando despertó en medio de una operación de cinco horas. Completamente paralizada por la anestesia, la señora Weihrer notó cómo le cortaban y taladraban el ojo.

“Estaba completamente despierta”, asegura, “recuerdo incluso las conversaciones de los doctores”. “Lo peor era no poder hacer nada, no podía gritar ni pedir ayuda, sólo permanecer allí mientras los médicos terminaban su trabajo”.

Desde entonces, Carol Weihrer es víctima de terrores nocturnos y apenas puede dormir por las noches. En los últimos años ha creado una asociación para ayudar a reducir los casos de despertar intraoperatorio en la sanidad estadounidense y evitar que se repitan pesadillas como la suya.

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